miércoles, 19 de noviembre de 2008

La XEPA: la única radio popular que no se festeja


JUCHITAN, Oax.- Si el viento no azotara con su acostumbrada bravura, pareciera que estuviéramos en época de fiestas y no a finales de noviembre, hace apenas unos días varios conjuntos musicales alternaron en pleno centro de la ciudad para festejar el aniversario de una radio auténticamente pirata La Binnigua’sa’, y en una semana se hará la Vela de radio Teka cuyo dueño es una de los empresarios más ricos de esta industria en el estado. Sin mencionar otras dos velas una comercial que su único fin es la de recaudar dinero y la otra una fiesta de los muxe’s.
En este ámbito de fiestas y de aniversarios los líderes políticos que se cobijan bajo las siglas de la COCEI, celebran un aniversario de la unión de estudiantes y campesinos allá por los años setentas, época cada día más lejano no por el tiempo si no por el olvido.
Sólo una radio, que es la más cercana a una comunitaria y que también celebra dos años de fundación, la Totopo, ha transmitido, como una forma de conmemorar la lucha popular de hace tres décadas, los contenidos, la música que se transmitía hace 26 años a través de de la XEAP Radio Ayuntamiento Popular: “la voz libre del pueblo”, la que fue fundada en Enero de 1982, bajo los auspicios del primer Ayuntamiento coceísta encabezado por Leopoldo de Gyves de la Cruz.
Otros son los tiempos quién se imaginaría hace 26 años que estaríamos invadidos de tantas radios, alrededor de una docena, la mayoría de contenidos intrascendentes y superfluos como vanos.
Lo que no ha cambiado en veintiséis años es la misma actitud represiva y acalladora del empresario Humberto López Lena, que con la primera radio popular que emitió el pensamiento, las necesidades y la lengua del pueblo juchiteco, sufrió los ataques de este político convenenciero del poder, que a toda costa y en todas las formas no permitió que se alzará la voz de los, en aquel entonces sí, verdaderos líderes populares. Entonces aliado del gobierno del estado sólo permitió que se difundieran las mentiras de este, callando los asesinatos, la represión que sufrió un pueblo que simplemente no quería aguantar más a una élite de ricos que al igual que él se beneficiaban con la explotación y el engaño hacia un amplio sector de la población.
En la actualidad mantiene esa misma actitud, ahora hacia las radios autodenominadas comunitarias, aunque ya no se trata de complacer al gobierno, si no la de defender sus intereses económicos. En realidad le preocupan las radios piratas como la Binnigula’sa’ que cobra por los spost publicitarios y que le ha arrebatado a buena parte de sus clientes.
Binnigula’sa’ es propiedad de otro empresario priísta que también se ha aliado y se ha beneficiado del poder del estado al otorgársele la construcción de obras públicas, es el caso de Martín Chiñas, cuyos prestanombres operan la radio principal en Juchitán y sus filiales en puntos estratégicos de la región con la cual tiene una cobertura en casi toda la región del istmo, por lo que se da el lujo de cobrar hasta 15 mil pesos mensuales por espacio de una hora en su radio.
Ahora divorciado del gobierno estatal no por cuestiones políticas si no por su voracidad, Humberto López Lena mantiene una radio en lengua zapoteca, en donde le apuesta a la lengua y las costumbres de los zapotecos. En 12 años cree que la gente ha olvidado que en sus radios no permitía que la gente hablará en su lengua materna, que apenas se daba cuenta el locutor que empezaban a hablar en zapoteco los quitaban del aire.
Ahora que le es redituable el empresario se propone sacar todo el jugo a la lengua y al pensamiento indígena. Hace 12 años, en enero de 1994, se levantó el movimiento zapatista en el sur de Chiapas, antes de eso nadie daba un peso por los indígenas. Cuando el movimiento zapatista tuvo el impacto mediático no sólo a nivel nacional si no internacional, los gobiernos corrieron a corregir sus errores y a destinarle recursos como nunca antes al sector indígena.
En este oleaje de recursos se benefició Humberto López Lena, de quien se cuenta que al saber que existía un proyecto de radio indígena que se iba destinar originalmente al pueblo huave, este empresario rastrero metió su cuchara y convenció al entonces gobernador del estado Diódoro Carrasco Altamirano para que la radio indígena se estableciera en Juchitán, en donde ya existía todo el equipo necesario para ello. Recibió entonces este empresario todos los apoyos para una radio indígena. Lo único que hizo este genio del dinero fue la de trasladar el viejo equipo que tenía en una triste radio de Ixtepec y ponerle el nombre de Radio Teka, una radio en legua zapoteca.

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