miércoles, 19 de noviembre de 2008

El PRI, ¿victoria anunciada?

JUCHITAN, Oax.- En los estados en donde se están renovando los congresos locales el PRI arrasa en las elecciones, como se dijera en los viejos tiempos: el partido tricolor obtiene carro completo, con lo que se augura también un importante triunfo en la renovación del Congreso en el 2009.
En el distrito de Juchitán al parecer otra vez los priístas volverán a ganar aún cuando la figura para la cargada para este distrito sea para algunos un extraño, una imposición, el todavía titular de COPLADE, Emilio Mendoza Kaplán, con todo y los gallitos que se le han parado enfrente como el doctor Héctor Matus Martínez, no sólo tiene segura la candidatura, también su triunfo en las urnas.
Si en la pasada elección federal ayudó en mucho la euforia obradorista en el distrito juchiteco no fue suficiente, porque la eficiente maquinaria priísta en los lugares más apartados, en donde sus contrincantes nunca llegaron, contó para la diferencia de votos. También contó la fría actitud de la mayoría de los dirigentes de izquierda locales, que no apoyaron con el debido entusiasmo para el triunfo de la profesora Cándida Santiago.
Muchos pensaran que esta falta de apoyo es porque en las candidaturas para el Congreso es muy poco el beneficio para los líderes y menos cuando el candidato no pertenece a su facción o no son ellos. Lo cierto es que en estas elecciones, cuando la candidatura de su partido no les beneficie de manera directa, muchos líderes locales venderán su inacción o de plano su sabotaje para con sus propios candidatos al gobierno estatal, si no es que algunos ya lo hicieron desde ahora, siendo el principal aspirante priísta un funcionario ubicado en un puesto clave.
Recuerdo que al terminar la campaña a la gubernatura Ulises Ruiz contó una anécdota a los reporteros: durante la jornada electoral coincidía o le hablaban por teléfono algunos cercanos colaboradores de su contrincante, Gabino Cue Monteagudo, que le decían: “todo va como ya quedamos”, aunque aseguró que con ninguno había quedado en nada, el candidato priísta asentía y sonreía.
Independientemente de quién sea el candidato de la izquierda en el distrito, ya sea uno escogido por la dirigencia controlado por Nueva Izquierda e incluso un candidato ciudadano como se ha mencionado, sin ninguna duda muchos de los dirigentes de izquierda con alguna base social y que conocen al que será candidato del PRI irán a su encuentro para murmurarle en la oreja: “todo va como ya quedamos”.

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